17 October 2011

Si hubieras venido antes...

Hemos hablado ya de esta historia. Pero queda mucho por decir. Esta es otra de las características principales del Libro Sagrado: Es Inagotable.




Vinieron a avisarle que Lázaro estaba enfermo, pero Jesús contestó: “Esta enfermedad no es para muerto, sino para la gloria de Dios” y no hizo más. El mensajero regresó a las hermanas de Lázaro, y cuando le vieron volver se sorprendieron de que El Maestro no estuviera con él. -¿Dónde está Jesús?- preguntaron. “Se quedó en la ciudad, predicando”.

María y Marta no entendieron. Jesús, para ellos, no era solo un sanador, era un amigo. Habían estado con él desde hacía varios años. ¿Por qué aquella gente que no le respetaba siempre, era más importante que Lázaro?

Lázaro seguía sufriendo, y Jesús no aparecía. En un lugar, lejos de Betania, Jesús predicaba a las multitudes: “El asalariado, que no es el pastor y no son suyas las ovejas, ve venir al lobo, deja a las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. En cambio, yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y ellas me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.” Mientras tanto, Lázaro moría lentamente, rodeado de sus hermanas y amigos, aquellos que siempre habían sido fieles al Mesías. Los judíos a quienes Jesús les hablaba, lo juzgaban de hipócrita y de endemoniado, muy pocos le creían, probablemente nadie la admiraba. En Betania, Lázaro y su familia, quienes amaban a Jesús, sufrían.

-Mis ovejas oyen mi voz, yo las conozco, y me siguen. Yo le doy vida eterna, no perecerán jamás, y nadie los arrebatará de mi mano.- decía Jesús a la multitud, lejos de Lázaro, su amigo. Los judíos tomaron piedras y querían lapidarle. “Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál de ellas me apedreáis?” les inquiría El Maestro.

Lázaro estaba a punto de morir, también Jesús. Bien podrían estar los dos juntos, en Betania, sanos y salvos; pero no, estaban ambos combatiendo a la muerte, cada quien por su parte. Los judíos intentaron capturar a Jesús, pero él escapó de sus manos y se fue de nuevo al otro lado del Río Jordán, se quedó allí y muchos venían a él y creían.http://www.blogger.com/img/blank.gif

Habían pasado dos días desde que notificaron a Jesús de la condición de Lázaro. Y de repente, dijo a sus discípulos: Vamos a Judea otra vez. Y ellos respondieron: “Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?”. Jesús parpadeó pausadamente, se frotó la barba con la mano, y respondió: “Nuestro amigo Lázaro duerme, mas voy a despertarle.”

Lázaro había muerto, y para cuando Jesús llegó hacía ya cuatro días de su fallecimiento. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle y le dijo: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Jesús sonrió de manera compasiva, y le dijo: Tu hermano resucitará.

Hay algo que me gusta rescatar de esta historia: La importancia de hacer las cosas a tiempo. En Eclesiastés, Salomón, inspirado por Dios, escribió que todas las cosas tienen su tiempo. Es decir, nada debe suceder ni antes ni después del tiempo en el que fue diseñado. Esto no parece tener demasiada complicación, pero qué cuando se presentan cosas que parecen contradicciones. Si Lázaro está enfermo y Jesús está a punto de ser asesinado, ¿por qué no simplemente reunirse? Si es verdad que las cosas son tan fáciles y obvias, por qué no hacerlas ahora. Es que las cosas pueden ser excelentes, plenas, si las hacemos en el tiempo correcto.

Es verdad que Jesús pudo haber ido a Betania apenas oyó la noticia sobre Lázaro, pero si hubiera sido así, todos aquellos que se salvaron al otro lado del Jordán no lo hubieran hecho. Y claro, mientras tanto, al morir Lázaro y Jesús ser perseguido, las cosas no tenían sentido, pero después cuando Lázaro vivió: “Esta enfermedad no es para muerto, sino para la gloria de Dios” era fácil de comprender.

Seguramente has pasado situaciones como estas, donde todo parece claro y “no existen” argumentos coherentes para retrasar las cosas. ¡Calma! Las cosas tienen su tiempo, y aunque ahora parezca que Lázaro va a morir y que asesinarán a Jesús, si haces las cosas correctamente, te darás cuenta de que tan mejor es el plan de Dios!

No desesperes. No importando que tanto Jesús quería ir con sus amigos y sanar a Lázaro, no importando la extrema adversidad a la que se enfrentaba en comparación a la facilidad y el amor que les esperaba en Betania, Jesús tomó la decisión de hacer las cosas a tiempo, porque sabía que los planes de Dios eran mucho más grandes. Has lo tuyo, espera al tiempo indicado, aunque Lázaro muera y persigan a Jesús, verás la sonrisa de Cristo: Tú hermano resucitará.

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