20 April 2011




Habían estado todo el día entre la multitud. El Maestro pasó la tarde hablándole a la gente acerca del Reino del Cielo, pues la gente no entendía muy bien de que se trataba ese asunto, muchos seguían pesando que aquello era solamente de ir al cielo después de morir… claro que tuvo que explicar demasiado.

Los discípulos decidieron adelantarse para preparar la cena. Avisaron a Jesús y subieron a la barca para cruzar la ribera. El río no era demasiado caudaloso, en una media hora deberían estar del otro lado. Sin embargo, cuando la barca estaba en medio del agua, comenzó a ser azotada por las olas, pues el viento era contrario. Los discípulos comenzaban a inquietarse por la tormenta, cuando de entre la niebla y las grandes olas vieron venir una silueta humana caminando sobre el agua.

-Un fantasma!!- dieron voces de miedo y se turbaron.

Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Ánimo, soy yo, no teman!

Todos los discípulos guardaron silencio y dudaron bastante en responder, pero Pedro rompió el silencio de la conmoción: “Jesús, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”.

Jesús sonrió, como si hubiese estado esperando justamente una respuesta como esa, y le dijo: “Ven!!”

Pedro quedó muy desconcertado. Para ser honestos, nunca imaginó que Jesús respondiera afirmativamente a una cosa como esta, y una respuesta más espiritual que práctica hubiese sido más sencilla de obedecer; pero Jesús era impredecible, y ahora Pedro tendría que salir de la barca y andar… ¡¡ ¿en agua?!!...
Se puso de pie muy despacio, asentó la mano en la orilla de la embarcación, levantó una temblorosa pierna por encima de la borda, y luego hizo lo mismo con la otra. Ahí, sentado en la orilla de la barca con los pies flotando ante el agua, volteó a ver a Jesús como para confirmar que la instrucción iba en serio. Jesús guiñó el ojo para inspirarle confianza.

Pedro pisó primero con la punta del pie, y lentamente asentó toda la planta. Recargó su peso y en seguida bajó su otra pierna. Comenzó a caminar sobre el agua, sorprendido de estar haciendo lo imposible. Avanzó algunos pasos, y como bebé que da sus primeros pasos, mientras iba hacia adelante se precipitaba al frente, a los brazos de Jesús.

Los inestables pasos de Pedro no alcanzaron al Maestro, y desde la barca se vio y escuchó el chapuzón… Varios de los discípulos no pudieron evitar reír, mientras que Pedro daba manotazos desesperados para mantenerse a flote a la vez que gritaba: “Jesús, sálvame!!” El Mesías se acercó a él, le dio su mano para salir del agua y le dijo en tono de broma: “Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” Ambos subieron a la barca, y el viento se calmó.


He escuchado a mucha gente hablar de esta maravillosa historia enseñando acerca de la duda de Pedro y su “poca fe” como todo lo que un creyente NO debe de hacer. He oído que se refieren a esto como eso que nos pasa cuando no confiamos en Dios. No lo sé, tal vez soy una especie de hipster del evangelio, pero yo veo una cosa completamente distinta! Por ningún lado, en ningún otro lugar de la biblia encuentro otra persona que haya caminado por el agua además de Jesús y Pedro. Este hombre de “poca fe” ejemplo de lo que “no debemos hacer” comparte con Jesús la fama de haber caminado sobre el agua. Entonces, por qué enfocarnos en eso que Pedro hizo mal, y no aplaudir todo el resto de la historia. Pedro fue el único discípulo que se atrevió a responderle a Jesús mientras el resto de ellos temblaban de miedo pensando que era un fantasma. Pedro fue el único que se atrevió a salir de la barca y caminar hacia Jesús, sobre el agua!

Creo que es eso precisamente lo que nos falta muchas veces: caminar sobre el agua! Todo el tiempo esperamos las condiciones adecuadas para movernos hacia Jesús, siempre queremos un piso firme y seguro para andar… por qué no caminar sobre el agua? Por qué no hacer lo que tenemos que hacer aunque las circunstancias no sean las optimas creyendo que Jesús puede hacer el resto. Quizá el agua se abra debajo de nuestros pies y pensemos por un momento que nos ahogamos, pero entonces Jesús vendrá y , sonriendo, nos sacará del agua. Para entonces, nadie podrá quitarnos la sensación de haber caminado sobre el agua.

No, las condiciones no son las ideales para hacer lo correcto, y lamento decir que tal vez nunca lo serán. Sin embargo, muchos hemos decidido caminar sobre el agua. ¿Piensas unirte? ¿O seguirás esperando tierra firme por donde andar?

2 comments:

  1. Hey tu hipster del avangelio (mi favorito) En realidad ha sido en el momento justo .. Dios te usa y me alegra poder leer lo que el hace en ti! Y si quiero ser parte de los que quieren creer y caminar en el Agua! C: Ad!

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  2. me gusto mucho tu opinion hipster :O

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