04 September 2012


Me senté ahí y supe que estaba en el punto correcto.
No había nada a mi alrededor, ¿o habían muchas cosas?
No importa mucho en realidad. No cuando estás en el punto correcto.

Quisiera decir que vi al horizonte y los cielos abiertos.
Ángeles en tránsito, yendo y viniendo.
No había nada. El cielo de siempre y nada más.
De cualquier manera, era el punto correcto.

No se escuchaban aplausos ni elogios.
No había gente escuchando o viendo.
No estaba arriba de una plataforma, ciertamente.
Simplemente ahí, en el punto correcto.

Si acaso procuraramos estar todos en ese punto,
que no suele ser el centro de atención humana, aunque sí de Dios.
Si estuviéramos preocupados por verle y escucharle más que por ser vistos y escuchados.
Diferente sería la historia.
Busquemos estar ahí, en el punto correcto, donde está su presencia,
aunque no haya nadie más.

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