Que
recuerden tu nombre, JAH, que tu memoria perdure por siempre. Aquí, donde
pueden verse ciudades gloriosas y multitud de siervos, que sea adorada tu
existencia.
Has
pasar de mí toda fama y honra, captura tú nuestras miradas, Justiciero y Santo.
De la
faz de la tierra has perder mi historia, concéntrese en tu rostro la alabanza.
Bendice,
alma mía a Jehová; y bendigan todas mis entrañas su santo nombre.
Bendice,
alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
No
permitas que me olvide, Oh Dios! De tus infinitas misericordias. Me has librado
de mí mismo y de mis enemigos. Me has amado a pesar de mis incongruencias e
infidelidades. Me has llenado de alegrías no merecidas y recompensas no
ganadas.
El es
quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
El que
rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el
águila.
Te
olvidaste, Señor, de mi adulterio y mis injusticias. Perdonaste mi vida,
habiendo yo matado, en arrebato de lujuria, al más fiel de mis guardianes. Me
has bendecido con riqueza, alegría,
hijos y sabiduría.
No
ha hecho con nosotros conforme á nuestras iniquidades; Ni nos ha pagado
conforme a nuestros pecados. Porque como la
altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que
le temen.
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